Yumbilla: la madre de las cataratas

20.09.2014 03:02
 
María Elena Carbajal
 
Aunque muchos no lo saben, Yumbilla es una de las cataratas más altas del mundo y se encuentra nada menos que en nuestro país. Escondida en un bosque nublado, justo al margen derecho del río Utcubamba y a menos de una hora en carro desde Chachapoyas, cuenta con cuatro caídas que juntas suman los 896 metros, cifra que supera a la popular Gocta. Para llegar a la primera de estas se debe ir hasta lo alto del poblado de Cuispes -en la provincia de Bongará- y luego caminar durante 45 minutos en medio de un sendero sencillo y prácticamente plano. Si se va temprano, justo al amanecer, se pueden apreciar diversos tipos de aves como el famoso gallito de las rocas, mientras que durante el atardecer, el mono nocturno suele ser parte de la ruta.
 
Una vez en la catarata existe la posibilidad de bañarse y refrescar los huesos citadinos con agua limpia que cae desde donde no se puede ver y que con su fuerza hace vibrar hasta al más musculoso. Desde uno de los puntos se pueden divisar las otras dos caídas; la segunda a la cual se accede por otro camino, y la tercera, casi inexplorada por su difícil geografía. La cuarta solo se advierte desde el pajonal de la zona.  
 
Abajo de este espectáculo, el poblado de Cuispes descansa tranquilo. Este lugar cuenta con una plaza y algunas bodegas, las suficientes para pasar días de relajo y desconexión a pocos kilómetros de la carretera Fernando Belaúnde. Ahí también uno encuentra un pequeño albergue llamado La Posada de Cuispes, que incluso ha logrado ser destacado por su hospitalidad y su sencilla comodidad en una de las ediciones del mes de junio de la revista National Geographic.
 
En estos territorios de Bongará también se halla la famosa Gocta, lo cual permite al viajero terminar su travesía de manera majestuosa dándose cuenta de la cantidad de cataratas que guarda la zona (24 en total). Para llegar a ella se debe arribar al poblado de Cocachimba, a media hora de Chachapoyas. “La chorrera”, como la llaman los lugareños, tiene 771 metros y encanta desde que se avista por primera vez, en medio del camino. Una vez ahí hay que pagar 10 soles para el ingreso y empezar una caminata de dos horas y media hasta ella. El tramo se puede hacer a pie o a caballo. En ambos casos, el acceso a un guía local es lo más recomendable.
 
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Para llegar a Amazonas se puede hacer el camino por tierra vía Chiclayo. La ruta en bus dura aproximadamente 24 horas. Empresas como Excluciva y Moviltours hacen la ruta.
 
En avión, lo más cercano es volar a Tarapoto, luego lo separará una ruta de ocho horas hasta Chachapoyas. Lan, Avianca y Peruvian Airlines cubren el primer tramo. 
 
Fuente: El Comercio